Granada cuenta con un importante número de jardines históricos en un entorno relevante, de tipología variada y con unas señas de identidad propia en muchos casos.
Se trata de lugares frágiles, únicos, vivos y efímeros, paraísos vegetales en los que arquitectura y patrimonio se funden.
Son espacios en los que se entremezclan de manera muy singular la historia, la botánica y la herencia multicultural de todas las civilizaciones que la han habitado.